martes, 2 de abril de 2013

Estela de Carlotto en el sur mendocino en la Semana de la Memoria 2013, con una pizca de “algo personal”

por Carlos Benedetto

Biblioteca de la Memoria Jaime De Nevares – Malargüe

Semanario Sin Pelos en la Lengua Malargüe

http://sinpelos2011.wordpress.com/

Hace algunos meses se pensó, desde Abuelas de Plaza de Mayo, organizar la tercera visita a Malargüe de la Sra. Estela de Carlotto. En la segunda (2007) la presidenta de Abuelas dejó inaugurada la Biblioteca de la Memoria Jaime De Nevares, nombre simbólico en un pueblo donde la religión católica todavía se entiende como negación del Concilio Vaticano II.

Francisco Jaime De Nevares, fallecido a los 80 años en 1995, fue el primer Obispo de la Diócesis de Neuquén, creada por el Papa Juan XXIII el mismo año en que se iniciaba el Concilio y, que a pesar de provenir de una familia oligárquica, bien pronto Don Jaime asumió la causa de los pobres. Con la última dictadura fue un férreo luchador por la vigencia de los derechos humanos.

Esa inauguración tenía otro sentido yuxtapuesto, y era que se realizaba al cumplirse seis meses del asesinato del maestro Carlos Fuentealba, también neuquino, y en la sede del sindicato docente (SUTE) delegación Malargüe.

Lo cierto es que a poco de instalarse se verificó una pérdida de libros y un ninguneo a las actividades de la biblioteca, por lo que la Biblioteca debió ir al camino del exilio y reunirse con libros estropeados que habían estado enterrados en Buenos Aires durante la última dictadura.

Así fue que deambuló por distintos lugares ante la indiferencia del Concejo Deliberante de Malargüe como del encargado de la Biblioteca Municipal el Director de Cultura Armando Escobar que, a pesar de estar alineados con el Frente para la Victoria, nunca mostraron interés real en adherir a la política del Estado Nacional en la materia. Había más lealtad a Celso Jaque que a Cristina Fernández de Kirchner. Problema que aún subsiste en algunos sectores del gobierno provincial y del gobierno municipal.

Durante casi dos años la biblioteca estuvo en la sede de la Juventud Radical y entonces resultaba casi incoherente una nueva visita de Estela de Carlotto al sur mendocino a visitar una biblioteca que estaba en cajas en la sede de un partido opositor pero cuyo acervo era alimentado por aportes del oficialismo.

Se pensó, al principio, hacer un acto en Malargüe en adhesión de la Semana de la Memoria, el día 28, un día después que en San Rafael, pero en Malargüe quien manda en la materia es la Iglesia (o mandaba, porque se avizoran cambios) y entonces hasta el presente no hay 24 de marzo. Por lo tanto la agenda de la Semana de la Memoria en el sur terminaba en San Rafael, con la visita de Estela Carlotto y de Victoria Montenegro, nieta restituída que además es Secretaria de derechos humanos de KOLINA, Corriente para la Liberación Nacional, liderada a nivel nacional por Alicia Kirchner y a nivel provincial por Gustavo Maure.

El intendente malargüino Juan Antonio Agulles y su secretaria de Desarrollo Humano Claudia Martínez daban un giro de 180 grados a la línea política de negación de los Derechos Humanos como política de Estado y bandera política, y decidían la apertura al público de la misma y se le asignaba un lugar en un espacio de la Dirección de Educación en un barrio lejano del centro de la ciudad.

Organizada por Mariano Tripiana (H.I.J.O.S.) la visita de Estela y Victoria Montenegro compartimos el panel con ellas, con el aliciente de que había anuncios para hacer y que el intendente de Malargüe había decidido enviar a Claudia Martínez al frente de una nutrida delegación (Movimiento Evita, Militancia Social para la Victoria), para hacer entrega a Estela de Carlotto del decreto aludido antes, a último momento se sumó también el ministro provincial Guillermo Elizalde, encargado de la política de derechos humanos.

Lo demás es historia conocida:

  1. La proyección de una película de excelente factura, sin golpes bajos, filmada por un joven que no vivió la dictadura pero supo recrear el clima de terror que se vivía, lo que le valió felicitaciones

  2. Unas breves palabras de Nicolás Gil Lavedra sobre el apoyo recibido para hacer el film y recordando que su padre es radical y su madre peronista, seguida del suscripto, quien aprovechó para denostar a la prensa que esa semana había vuelto a intentar un touch de gloria gorila a través de un tal Tenembaum y sobre lo cual es mejor no abundar. Pero fue inevitable hablar de cómo la prensa local del sur, aún estando financiada inexplicablemente por el oficialismo, hace una propaganda permanente en contra de los Derechos Humanos (Semanario El Fiscal de Malargüe, Semanario Departamental y Diario San Rafael de San Rafael, etc.).

  3. Palabras entrecortadas por la emoción de Mariano Tripiana, quien reivindicó la memoria de su padre, el desaparecido Francisco Tripiana

  4. Palabras de Victoria Montenegro reivindicando la condición humana de los desaparecidos (“no eran meros subversivos, eran personas”)

  5. Una canción “Laura”, del film homónimo norteamericano de 1944, el preferido de Estela de Carlotto y que la hizo llorar, a cargo del músico malargüino Marcelo Blajevitch, que la había preparado en secreto durante un año.

  6. Claudia Martínez trabajó, exhibió resultados y desde su equipo se dejó constancia de que muchas cosas que debería estar haciendo el gobierno provincial, las están haciendo los municipios. Fue de mucho interés la reunión que las funcionarias malargüinas tuvieron con Verónica Baracat, una capacitadora del gobierno nacional que se comprometió a traer a Malargüe cursos y capacitaciones sobre violencia de género.

La frutilla del postre

Luego de la canción de Blajevitch y, aún llorosa, Estela de Carlotto habló pausadamente reivindicando a su hija. “Parece casualidad, pero justo esta mañana había vuelto a ver esa película”… y supimos que era cierto. Reivindicó la lucha de la generación de su hija, contó que hay varones en la conducción de ABUELAS e hizo un análisis pormenorizado de algunas circunstancias en que se filmó VERDADES VERDADERAS.

El relato de Estela exudaba humanidad y sentimientos, sin proclamas políticas, y hasta se dio el lujo de hablar de su pasado “gorila”. Reivindicó a la juventud y contaba anécdotas de su hija, de su relación intensa, a veces conflictiva. Desde el escenario se podía ver a mucha gente, sobre todo mujeres, llorando. Llorando todo el tiempo. Lloraba también el sobreviviente malargüino Luis Barahona, cuando fue mencionado desde el panel y fue ovacionado por el público. Barahona había estado a punto de no asistir por problemas de desorganización, pero su presencia fue clave en esa sala donde se había leído la sentencia del primer juicio a los represores, en el cual él había sido un testigo clave (2010).

Estela parecía la abuela que contaba una historia a sus hijos y nietos (todos allí reunidos, más de 250 personas en el auditorio de la FCAI de la UNC), y esa historia era la misma que antes se había visto en un film donde Estela era en realidad Susú Pecoraro, una actriz fuera de serie.

Mucha emoción, es cierto… se creó un clima de cierta mística, que no pudo ser quebrado por un energúmeno que, con dos crucifijos colgando del cuello, quiso interrumpir a la oradora para decir no se sabe qué, fue sacado por la policía de civil y el tema no pasaría a mayores. Casi nadie se enteró de lo ocurrido.

Luego hubo un paseo por la Plaza de la Memoria, donde hay una placa con los nombres de los desaparecidos sanrafaelinos, allí mismo frente a la vieja estación de tren, con mucha gente casi en procesión queriendo fotografiarse con “la presidenta de Abuelas”. Muchos periodistas irrespetuosos haciendo preguntas y un clima de alegría.

“Laura Carlotto somos todos nosotros” dijo alguien por allí, en la calle, y se terminó así la semana de la Memoria con una velada, la del 27 M, que puso en evidencia que la militancia puede más que la política de roscas.

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